domingo, 14 de agosto de 2011

Agra: fantastico Tag Mahal

Arratsaldeon!!!

Por fin podemos decir que ya hemos visto la que para nosotras es una de las mas bonitas maravillas del mundo: el Tag Mahal. Como todo el mundo dice, y no se equivoca, es impresionante lo mires por donde lo mires.

Despues de encontrar un alojamiento para poder dejar las mochilas y poder darnos una ducha (que no nos dimos), un conductor con un gran parecido a Mario Bross nos llevo al palacio. Primero pasamos por las taquillas donde no tuvimos que hacer cola ya que los turistas, parece ser, que contamos con esa ventaja; eso si, pagamos cuatro veces mas. Una vez con las entradas que, por supuesto, todavia guardamos para la posteridad, tuvimos que ponernos en la cola de mujeres (separada de la de hombres) para pasar por un control donde nos cachearon y registraron las mochilas. No caimos en la cuenta de la comida que llevabamos ni mucho menos de que los chicles contaran como comida, asi que nos quitaron todo eso de la mochila de manera poco simpatica para poder entrar.

Y por fin, dentro. La entrada es impresionante, unos jardines espectaculares dan entrada al famosisimo Tag Mahal; no hay lugar que no inste a sacar una foto.


Despues de sacar unas trescientas fotos con el taj mahal como protagonista,  y que nos sacaran a nosotras otras trescientas (agobiandonos y enfadandonos considerablemente), entramos dentro. La verdad, si hubiese que pagar para ver el interior, no lo recomendariamos. Simplemente estan las dos tumbas y poco mas, pero aun asi sigue mereciendo la pena. De vuelta al exterior y a poner cara de mala leche a cualquiera que nos sacase fotos, volvimos a disfrutar de ese precioso paisaje, hasta que se puso a llover, cosa que no nos impidio seguir sacandonos fotos. Nos  parecio curioso que todos los fotografos que trabajan ahi os ofreciesen sacarnos fotos (pagandoles claro) cuando tenian la misma camara que Nerea...

Tres horas mas tarde, volvimos a la realidad de Agra, la ciudad de Aladin y donde se encuentra el Taj. Un escenario completamente diferente a la paz que inspira el palacio; vuelta a las calles abarrotadas de coches, motos, vacas y demas seres vivos, o no, que transitan las calles de la ciudad. Poco mas que contar.

Seguimos muy bien y con ganas de Varanasi. Un besito muy grande



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